Con una
trayectoria familiar dedicada sobre todo a la panadería y a la bollería, Jordi Bordas Santacreu ha decidido,
hace muchos años ya, enfocar más su carrera hacia la pastelería, sin dejar de
lado lo que marcó su infancia y su adolescencia puesto que, además, sigue
elaborando tanto pan como pasteles y demás dulces en lo que era la casa de sus
abuelos, en Viladecans (Barcelona),
a pesar de ser reconocido hoy en día como uno de los mejores pasteleros del
mundo.
Con 15 años,
Jordi empezó a estudiar en el Gremi de Pastissers de Barcelona, siguiendo luego
con un año en la Escuela de Panadería. A continuación, se especializó en
chocolate con diferentes cursos en Europa, como en la Chocovic de Sant Just Desvern (Barcelona) o la Escuela de Valrhona en Francia, donde trabajó/estudió con Yann
Dutch. Para completar esta amplia formación, Jordi hizo varias prácticas
durante unos meses en la Bretaña Francesa.
En 2011, se
convirtió, junto con Josep María
Rodríguez y Julien Álvarez en
Campeón del Mundo de Pastelería.
A pesar de estar muy ocupado, el pasado mes de
julio, Jordi Bordas tuvo la gran amabilidad de acogernos en su obrador, donde
pudimos hacerle unas preguntas sobre su pasado, presente y futuro.
¿Qué te llevó a querer participar en la Copa del
Mundo de 2009?
“Todo empezó en Bretaña, tenía unos 19 años
cuando fui por primera vez. Unos años más tarde, volví y allí, a través de
Yann, conozco a otro Español de Viladecans que está preparándose para la copa
de 2005”, nos cuenta Jordi, quien se pone a ayudar al concursante con la
escultura de la figura de hielo (una de las pruebas del concurso). En ese
momento, Jordi trabaja todos los días en pastelería y dos tardes a la semana,
se entrena con figuras de hielo.
“La Technifira 2009, en Vilafranca del
Penedès, fue el primer concurso en el que participé y además conseguí pasar a
la preselección”, nos dice, “luego participé
en la Rimini, la Copa del Mundo de Heladería. Del 2007 al 2011, sólo he estado
pensando en los concursos”.
Después del resultado de 2009, ¿qué ánimos te
quedaban para volver a participar en 2011?
¿Cómo encontraste al nuevo equipo? ¿Fue fácil
convencerlos?
“No entendía cómo España no tenía un equipo
que pudiese tener un buen resultado y hacer un buen papel. Sabía donde habíamos
fallado así que había que reestructurar el equipo y trabajar de una forma muy
profesional”.
Así, después
de recibir una nueva convocatoria del Club de la Copa del Mundo y con la ayuda
de su hermana Montse Bordas,
psicóloga con experiencia en selección de personal, Jordi propone a 7 candidatos participar en la Copa del Mundo de 2011. De allí, escogen a dos personas por sus
perfiles. Una de ellas abandonará el proyecto por no encajar en la estrategia
del equipo quedándose al final un grupo que consta de Jordi Bordas, Josep María
Rodríguez y Julien Álvarez. “Tuvimos que
trabajar mucho durante mucho tiempo, días de fiesta, fines de semana,...”,
nos explica, “la organización es algo
imprescindible, pero trabajar con gente de diferentes disciplinas como pueden
ser diseño, pastelería, arquitectura, escultura,... enriquece todo y también el
resultado final”.
“La gran diferencia entre una edición y la
otra fue la organización y el marcarte un objetivo e ir hacia él de una manera
fuerte, además de hacer un equipo”.
A la pregunta ¿piensas volver a participar algún día?,
la respuesta de Jordi es categórica: “No,
esto ya se ha acabado. Se presentan retos por delante de otro estilo con
proyecciones diferentes, con una adrenalina parecida a la de los concursos, con
plazos y un equipo. A veces es duro”, nos confiesa, “pero es muy divertido, cada día es diferente, con retos nuevos”
Para el
pastelero de Viladecans, el hecho de haber formado una “piña”, un equipo en el
que todos se sienten identificados y juegan un papel es primordial: “El día que gané la Copa del Mundo fue el día
más feliz de mi vida porque conseguimos algo en equipo”
Sabemos de Josep María Rodríguez ha abierto su
tienda en Barcelona, ¿tienes pensado hacer lo mismo?
“Estamos en un proyecto nuevo que va hacia
otra dirección y que no pasa por poner una tienda en Barcelona”, nos
comenta el campeón del mundo. “Se trata
de poner en valor la experiencia que tenemos para ayudar a la gente lo mejor
que podamos”. De momento, Jordi no puede contarnos mucho más pero pronto
tendremos más noticias.
En Crear Para Endulzar, nos encanta la
presentación que Jordi da a sus
creaciones, así que le preguntamos también por eso. Y es que el pastelero ha
decidido fabricar él mismo sus moldes,
de esta forma, obtiene el resultado que quiere. Nos comenta que ante todo hace un
primer diseño de molde en chocolate, barro o plastelina, aunque de vez en
cuando opta por el mecanizado en diseño 3D (se diseña la pieza por ordenador y
se saca luego en metacrilato). Luego hace la pre-matriz, seguido por un molde,
a continuación viene lo que sería la matriz definitiva en resina epoxy y
finalmente se saca la producción definitiva.
Moldes "Haba de Cacao"
Moldes del Postre "Lollipop"
Moldes de los Postres "Yuzu à l'Aube" y "Yuzu"
Haces todos los dulces típicos y tradicionales
(cocas, turrones,...) pero creas también muchas cosas a las cuales el público
español no está acostumbrado. ¿Cómo se te ocurren las nuevas fórmulas y la
presentación que das a los pasteles?
“Por la vida diaria”. Jordi nos cuenta
que no se considera muy creativo sino que primero suele trabajar “con los sabores: a veces viene por los sabores y a veces por la forma”.
Y nos da
ejemplos: “el Lollipop era como cereza-lollipop, lollipop-cereza: ¿cómo podríamos
hacer una tarta como un lollipop y ves que hay una cosa que podría encajar con
el público y ser diferente?”, se preguntaba. No dejaba de pensar en esto
hasta que, se puso en internet e, introduciendo la palabra “lollipop” buscó imágenes, descubriendo
que lo que más salía era algo así como una forma circular infinita. Sin
embargo, allí no se acaba el trabajo: “luego
hay que re-interpretarlo para traducirlo a nuestro estilo que es pureza,
simplicidad y cuanto menos mejor”. Después de la idea principal, hay que
seguir trabajando en el postre para adecuar y casar sabores y texturas.
En este
caso, el equipo de Jordi Bordas trabaja con la cereza y la
almendra ya que, a nivel gustativo, “son
muy paralelos y se complementan muy bien”. El nombre del dulce también es
muy importante para atraer a la gente, “a
veces es difícil transmitir todo a través de la palabra y de la presentación”.
A continuación, el pastelero nos confiesa que el caso de Lollipop es muy particular: “lo
hicimos para la web en 2013, y luego lo incorporamos aquí, a Santacreu para
probar, pero yo lo tenía en el último rincón y pensaba que no iba a funcionar
esta tarta por lo austera que es, y resulta que es un producto que funciona muy
bien porque es muy fresca y recuerda la infancia”.
En sus
creaciones, el Catalán privilegia las líneas sencillas y austeras, con el
objetivo de que se conviertan en cosas vigentes para siempre. “Poner por poner es muy fácil”, reconoce, “pero
hacer cosas sencillas que transmitan es muy complicado. No quiero hacer las
cosas por hacerlas, quiero que tengan un sentido y perduren, que de aquí a 20
años pueda mirar fotos y sentirme orgulloso”. De hecho, Jordi Bordas es un gran admirador del
arquitecto alemán Ludwig Mies Van der
Rohe.
En él, admira la eterna actualidad de sus diseños: “encuentro increíble que un tío tuviese la
visión de hacer, hace 100 años, unos diseños que hoy en día siguen actuales, y
pasarán 300 años y seguirán actuales… es fascinante, me pone la piel de gallina”,
nos cuenta, y añade: “la casa que hizo en
Montjuic para la Exposición Universal, la visitas y piensas que es el diseño
que se usa hoy en día en las construcciones. Me fascina y me inspira mucho”.
Y de esta inspiración nació el turrón Day Bed, creado después de una visita a
esta misma casa, donde Jordi se fijo más específicamente en una chaise longue:
“parece un sofá, muy sencillo, muy austero,
pero pasará el tiempo y seguirá estando actual”
Volviendo al
tema de la creación de los postres, Jordi nos pone, como segundo ejemplo, el Puro Criollo, una mousse de chocolate
con la estética de un haba de cacao. “La
idea me vino después de un viaje a Colombia. Fuimos a plantaciones de cacao y
allí vimos que alrededor también había bananeros, cocoteros,... El cacao nace
en medio de otras frutas y otros productos”. Entonces se le ocurrió hacer
un pastel en forma de haba de cacao pero a través del cual se podría
reinterpretar el viaje a Colombia, la plantación donde no sólo se descubre el
cacao sino también todo lo que hay a su alrededor. “Volvimos y empezamos a hacer pruebas y a elaborar la receta. La idea
era hacer un postre con la forma del cacao pero añadiendo todos los sabores que
hay alrededor”, nos cuenta, “a partir
de allí nació el postre, haciendo un ensayo, equilibrando fórmulas… normalmente
nosotros tardamos dos o tres meses en pulir un postre. Además, luego, vamos retocando cosas de las recetas que no nos gustan”.
Y allí también, en este postre, encontramos el lema de Jordi en la sencillez: “lo mínimo que da el máximo impacto, que todo
lo que hay tenga un sentido”.
También nos
comenta que cuando crea un postre, ha de estar pendiente también de la
producción razonable, es decir de que se pueda replicar luego.
Cuéntanos más sobre tu pasión por el Yuzu: ¿cómo lo
descubriste?
“Fue durante un viaje a casa de uno de uno de
mis mejores amigos, Franck Fresson,
para mi el mejor pastelero que hay en Francia con diferencia, lo único que no
está en Paris y no tiene la repercusión que tendría si estuviera allí. A este
hombre lo conocí de una forma muy particular, fui a hacer un curso de caramelo
con Stéphane Klein. Con mi mujer Verónica, tenemos la costumbre de hacer una
ruta de pasteleros en Francia y vamos haciendo turismo paralelo. Hablé con
Stéphane para que me recomendase un pastelero a quien visitar, llamó a Franck y
así pudimos ir a verle. Una vez allí, me ofreció un individual que hace él que
es de avellana y yuzu. Lo probé y me supo a gloria y le pregunté de dónde venía
esto. Aparte de eso, a mi Japón ya me gustaba, la cultura japonesa me fascinaba
y tenía pendiente ir allí. Descubrí el producto gracias a él pero en ese
momento todo quedó allí”.
Unos meses más
tarde, el equipo de Jordi Bordas
empezó a trabajar con la gente de Rimini
para ir a la Copa del Mundo de Heladería
y Jordi les habló del yuzu, proponiéndolo para usarlo para el helado. Intentaron
traer el producto directamente desde Japón hasta España pero en aduanas lo
pararon. Entonces Jordi decidió llamar a su amigo Franck para preguntarle si
tenía algo de yuzu para poder participar en el concurso. El pastelero francés
le envió 3 botellas, con las cuales pudieron hacer el entreno y participar en
el concurso. “Fue gracias a él y a su
yuzu”.
Sin embargo,
Jordi no iba a rendirse. Quería poder conseguir yuzu, así que contactó con un
importador de productos japoneses, especializado en esta fruta cítrica. Hizo una
compra por internet y veinte minutos más tarde, Olivier, el importador, lo
llamó por teléfono. Envió unas muestras a Jordi, quien empezó a trabajar
haciendo pruebas.
En 2012,
Olivier propone a Jordi participar en un evento, creado por él, para los
afectados del tsunami. Monta una cena de gala con cocineros japoneses y el
equipo de Jordi Bordas se encarga de los postres. Único requisito: han de ser
de yuzu. Fue así como nació el postre “yuzu”
Más tarde,
Jordi fue a Japón a ver las plantaciones y a hacer una demostración para que la
gente viese todo lo que podía llegar a hacerse con su producto. “Hace poco también hicimos con el cocinero
Jordi Cruz un maridaje con yuzu: él hacía la parte de cocina y nosotros la
parte de los postres”
Aún
sorprendido por cómo sucedió todo, Jordi observa: “el hacer algo en un momento determinado puede llegar a marcarte para
siempre, para lo bueno y para lo malo; puede ser que una decisión que tomes hoy
te marque durante toda tu existencia”.
A raíz de vuestro primer premio en la Copa del
Mundo del 2011, has decidido dedicarte al coaching:
¿qué te aporta el coaching, qué te
gusta de esto?
“El tener una visión más holística de lo que
hacemos, más completa. Nosotros ahora estamos en diferentes proyectos como
equipo, donde cada uno tiene diferentes disciplinas: está Marta que hace
diseños, Montse con la psicología, Joan con el tema de la web, yo más bien con
la pastelería,… Todo esto hace que la propuesta que hacemos sea mucho más completa
que si sólo va uno con un único punto de vista. Normalmente, el problema que
hay es la gestión de los equipos, y es de allí donde empezamos nosotros. Todo
esto nos hace muy fuertes en nuestro trabajo y nos ánima a seguir. Además está
nuestra experiencia del 2009, cuando perdimos la Copa del Mundo, y la del 2011,
cuando ganamos. Fue en ese momento cuando vimos la gran diferencia: gestionar
el fracaso y hacer que se convierta en un éxito”.
Jordi también
nos confiesa que Montse, su hermana, es uno de sus mentores y que, gracias a
ella, esté haciendo cosas que no se hubiera planteado hace tan sólo 4 años y
tomando decisiones en contextos inimaginables. “Montse aporta muchísimo con sus conocimientos de psicología y de
análisis de equipos, y el estar con ella, codo con codo, aprendiendo y
enriqueciéndome profesionalmente, y no sólo en pastelería sino también en
psicología, diseño,… me ha hecho evolucionar como un profesional, ni mejor ni
peor, sino diferente”.
Antes de
acabar, Jordi Bordas hace una reflexión sobre el mundo de la pastelería hoy en
día, sobre todo en España: “por
desgracia, la pastelería hoy en día está como está, muy poco valorada y
reconocida porque las grandes industrias han incorporado productos no tan
puros, de origen dudoso. La pastelería se ha tergiversado mucho. Hacer una cosa
tan sencilla como un top de vainilla con chocolate con buenos productos puede
resultar hoy en día la cosa más rica del mundo, pero quizás no porque lo
hayamos hecho muy bien, sino porque los demás lo han hecho muy mal. Se ha
perdido mucho el camino para hacer las cosas bien. Si hay una cosa que nos han
inculcado nuestros padres a mis hermanos y a mi es hacer las cosas bien, de
forma profesional, trabajar desde el amor, desde la pasión y el respetar a los
demás, porque estamos haciendo algo que una persona va a comer y que repercute
directamente en su salud. Y todo esto hace que nosotros seamos muy puristas en
la selección de la materia prima, de las personas, de todo”.
En cuanto a nuevos proyectos, tienen muchos pero
aún no pueden decirnos mucho, tan sólo que estemos atentos al mes de octubre
porque con su equipo, Jordi presentará un Nuevo Concepto de Pastelería que pasa
por transmitir una serie de valores en este mundo.
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